HUMILDAD MÁLAGA
2019-325 ANIVERSARIO- DOMINGO DE RAMOS.
Obra realizada en técnica mixta: Óleo, pan de oro y plata,
transfer, lija, grafito y sanguina sobre tabla.
En cuanto al Cartel, vemos que el enfoque principal es la
imagen del Señor de la Humildad en su Trono. La composición podemos ver que
crea una diagonal, partiendo desde el Nazareno del extremo, pasando por el
Trono y acabando en la parte superior con el desaparecido convento de la
Merced.
Centrándonos en la obra, vemos al Señor de la Humildad
retratado con minuciosidad, destacando su dulce rostro, vestido con su clámide
bordada, la cual, deja ver su poderosa y exquisita anatomía, propia del maestro
Buiza. El uso del pan de oro sobre los bordados o las potencias, hace que el
señor llame poderosamente la atención, siendo el punto principal sobre el que
gira toda la obra. Al estar sobre su trono, vemos que las figuras traseras
están tratadas de una manera más suelta y menos detallada, haciendo uso de la
lija para integrarla con el fondo y para así dar una sensación de movimiento,
exceptuando Pilatos, que al estar en un primer término, si tiene más
definición.
La canastilla del trono, está tratada de una manera suelta y
fresca, que recuerda lo impresionista, con tonos cálidos, para así dar una
sensación de dinamismo y un punto directo donde se proyecta el sol y la luz de
esta ciudad, concretamente en el Domingo de Ramos. En la parte inferior podemos
ver el retrato de tres hombres de trono, los cuales representan una psicología
particular. Uno se muestra con los ojos vendados, estando muy presente la fe. Otro
se muestra sufriente, pero a la vez disfrutando, mostrando el sacrificio que
hacen los hombres de trono. Y por último, otro portador se muestra abrazado a
la cabeza de varal. Cada uno aportando su particular manera de sentir que tiene
esta tierra. La campana, al estar en primer término, llama poderosamente la
atención con el uso del pan de plata, así como los reflejos azules que traza el
inigualable cielo de Málaga y que son proyectados en la campana.
El nazareno, una figura tantas veces olvidadiza, cierra la
composición en la parte inferior con su blancura, tan característica del cortejo
de la cofradía, recordándonos a la orden Mercedaria y dotando la obra de
verticalidad. Al igual que, la Santísima Virgen de la Merced queda representada
en el color del hábito del nazareno, también en el escudo de uno de los
portadores de trono, o en el desaparecido Convento de la Merced del que parece
salir el Señor de la Humildad. El convento está tratado usando grafismos con la
sanguina, quedando en la lejanía y dando un efecto más atmosférico, llevándonos
a otra época y haciendo una fusión de lo antiguo, con lo actual, para de esta
forma hacer un recorrido histórico de la Cofradía conmemorando su 325
aniversario fundacional.
Por último, la tipografía toma una gran importancia en la
obra, la cual resalta sobre las tintas planas del fondo, reforzando su función
principal como cartel anunciador. Usa los colores de la Cofradía como son el
Rojo y el blanco por la Merced, así como el color tiniebla de la cera.
Desde aquí dar las gracias de todo corazón, a la junta de gobierno de la Hermandad de la Humildad, por la confianza y el buen trato recibido desde el primer momento en que se me designase como cartelista de tan gran efeméride, mi primer Cartel para Málaga, una ciudad que vive siempre en mí. que admiro, quiero y es una gran referencia para mí, en lo personal y en lo artístico. Así como dar las gracias a Alejandro Morante por su gran disertación en la presentación del cartel, en el Santuario de la Victoria, delante de la imponente presencia del Señor de la Humildad.
Me gustaría acabar con estos versos de Miguel Gutierrez, que me acompañaron en el proceso de la obra:
"Un pretorio de proa a popa, de babor a estribor. Unos ojos a la gente y a la nada. Un silencio para mil estruendos. Un todo entre vacíos descosidos de la tarde. Una clámide entre tanto oropel. Un cordero entre las fieras. Un Dios entre falsarios.
Rota, hecha trizas, la espina del año pasado. Nada como retransmitir el caminar de quien trazó una vereda indeleble en mi pecho para siempre. Mi Cristo de la ternura volvió a la Victoria con la fe de la ciudad salando sus heridas. Y, este año sí, yo se lo conté al mundo. "
Desde aquí dar las gracias de todo corazón, a la junta de gobierno de la Hermandad de la Humildad, por la confianza y el buen trato recibido desde el primer momento en que se me designase como cartelista de tan gran efeméride, mi primer Cartel para Málaga, una ciudad que vive siempre en mí. que admiro, quiero y es una gran referencia para mí, en lo personal y en lo artístico. Así como dar las gracias a Alejandro Morante por su gran disertación en la presentación del cartel, en el Santuario de la Victoria, delante de la imponente presencia del Señor de la Humildad.
Me gustaría acabar con estos versos de Miguel Gutierrez, que me acompañaron en el proceso de la obra:
"Un pretorio de proa a popa, de babor a estribor. Unos ojos a la gente y a la nada. Un silencio para mil estruendos. Un todo entre vacíos descosidos de la tarde. Una clámide entre tanto oropel. Un cordero entre las fieras. Un Dios entre falsarios.
Rota, hecha trizas, la espina del año pasado. Nada como retransmitir el caminar de quien trazó una vereda indeleble en mi pecho para siempre. Mi Cristo de la ternura volvió a la Victoria con la fe de la ciudad salando sus heridas. Y, este año sí, yo se lo conté al mundo. "
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